Página

LNGolondrinas.djvu/7

La transcripción de este folio ha sido corregida


6

MARÍA.

Si ver tu faz es mi único consuelo,
¿por qué me privas de ese bien, María?
¿por qué te ausentas cuando verte quiero
siendo que el verte es mi única alegría?

Yo sufriré tormentos noche y día,
llorando sin cesar tu ausencia, sí,
pero aunque ausente de mí estés, María,
allá en la tumba ¡acuérdate de mí!

Así más pronto concluirá mi vida,
al sepulcro me guía tu falso amor;
lo que te encargo, María, que arrepentida,
allá en mi tumba coloques una flor.

Adiós, María, de ti me alejo,
pero te dejo... ¡mi corazón!

(Se repite).

Eso te dejo para memoria
de aquella historia en que te amé.

(Se repite).